miércoles, 18 de febrero de 2009

NyC's y VyC´s en SMAndes

A ver. Ya alguien les contó sobre esta clasificación insólita en las que se divide al pueblo. Como si ser el uno o el otro, otorgara alguna cuestión de status, o derechos adquiridos para los que llevan mas tiempo residiendo en "la aldea de montaña".
Lo cierto es, que muy por el contrario de lo que pasa en muchos pueblos y ciudades que conozco, acá, cuando uno se junta con amigos y/o conocidos, inevitablemente termina hablando de la calidad de gente que vive en el pueblo.
San Martín de los Andes, es digna de un estudio sociológico. Me encantaría saber que opinión le merece a un profesional del tema. Antes de venirme, ex-residentes me alertaron, sobre lo cerrada que era ésta sociedad. La mayor de las veces hice caso omiso, porque también uno juzga con la parcialidad de la propia experiencia, y yo todavía no había vivido la mía. Así que mi llegada, fue con cero preconceptos.
Como para ponerlos en tema, y tratemos de buscarle explicación juntos, les cuento que este era un pueblo chiquitito, chiquitito, hace unos 20 años atrás digamos. Bonito como es, pero con poca gente habitándolo. Desde esa fecha a esta parte, ha recibido oleadas de migración interna, principalmente de gente de Capital Federal y alrededores, que huyó de la urbe, buscando mas seguridad, o simplemente un lugar menos vertiginoso en el cual vivir.
El caso es que el secreto a voces que uno escucha cuando viene al pueblo, es que el que llegó casado, se termina separando. Y el que llegó sin cuernos, se los termina llevando. Y así, uno empieza a conocer una familia tras otra, de míos tuyos y nuestros. Niños de todas las edades, con padres de 2/3 matrimonios distintos. Sin exagerar, situación que se repite, casi en el 90% de las personas que se van conociendo día a día. Todos contra todos.
Ni hablar del ámbito laboral. Códigos, qué códigos? En cuestion de juntar la mayor cantidad de billetes, de la manera más rápida posible, quedan en el camino futuros ex- amigos y conocidos. No importa. Ya aparecerán nuevos. Y seguramente serán igual de fugaces. En el término de un año, uno puede tener un montooon de amigos, y dejar de tenerlos, y tener nuevos, y así sucesivamente.
Muchos le asignan a lo inclemente del tiempo (sobre todo los 3 meses de lluvia otoñal y escaso sol) este fenómeno de familias ensambladas. Puede ser. Lo que muchas familias vienen a buscar; pasar mas tiempo juntos en un paraíso como este, quizás sea lo que los termine separando.
Ahora, y todo lo demás? Y la necesidad de aparentar, de vivir mostrando "todo lo que se tiene" para ocultar lo que verdaderamente no se tiene por dentro? Y eso de contar siempre lo fantásticamente felices que somos, aunque muchas veces la lejanía de los seres queridos, y la nostalgia nos estén entristeciendo por dentro? Estaremos viviendo en The Truman Show y no nos dimos cuenta?
Bien, lo que importa es que en medio de todo eso, uno va generando una capacidad de adaptación, nunca antes vista. Y parte del aprendizaje empieza a ser conocerse a uno mismo, reafirmar convicciones, seguir siguiendo al corazón, y exprimir al máximo los sentidos para vivir la naturaleza que nos rodea, que no deja de estremecerte.
La elección, pese a todo, sigue siendo quedarse.

lunes, 2 de febrero de 2009

Hacia la cara sur del Volcán Lanin

El ascenso al Volcán Lanin es un tema pendiente. En el 2007 lo intenté por la cara norte y no pude llegar por mal tiempo. La cara sur es sólo para expertos por los glaciares eternos, así que se pueden imaginar que por ahí tampoco voy a llegar a la cumbre. Pero había que intentar llegar a algún lado, por eso este fin de semana hice el trekking a la base del volcán por la cara sur. Para poder salir bien temprano el Domingo, ya que son entre ida y vuelta 8 horas caminando, el Sábado a la tarde arrancamos en grupete a un camping sobre el Lago Paimún (uno de los brazos en los que se abre el Lago Huechulafquen hacia la cordillera). Después de hora y media por camino de ripio llegamos, armamos las carpas, buscamos leña para el asadito y nos fuimos a la playa. Un día increíble, playas anchas de arena volcánica (finita y negra), nada de viento, el lago planchado, el volcán que nos miraba, más no se podía pedir! Había que irse a dormir temprano porque el Domingo iba a ser un día de mucho ejercicio .
Amanecimos a las 7AM, desarmamos todo y fuímos hasta Puerto Canoa (donde empieza el sendero y donde hay que registrarse en una oficina de Parques Nacionales por si no volvés para que te vayan a buscar o avisen a tus fliares. que no vas a volver). Emprendimos la caminata con mochila al hombro con sandwichitos y muuuucho agua. La primer hora y media es tranqui, casi no hay subidas y vas atravesando bosques de araucarias y arroyitos increíbles, siempre con el volcán que te mira como diciendo: Vos tenés pensado llegar hasta acá?? Jaaa! A medida que avanzas, siguiendo las marcas rojas en los árboles para no perderte, la pendiente empieza a ser más pronunciada, cruzas mas arroyos y más pendiente hasta que llegas a un cartelito que dice: Ultima subida Duración: 45 minutos! (a esa altura ibamos 2.15 hs de caminata). Por Dios lo que era esa subida! Las piernas me pedían por favor que le afloje con el ejercicio, la cola me quedó en la nuca del esfuerzo que hice! Encima de todo ésto durante todo el camino hubo un par de tábanos que se turnaban para darme vueltas en redondo y zumbarme en el oído, muy a su pesar fallecieron todos! Terminó la subida eterna, atravesamos el último bosquecito de lenga achaparrada y llegamos a los 1.700 msnm es decir al límite de vegetación. A partir de ahí sólo piedra y la vista imponente de la cara sur del volcán. Luego de 3.15hs. llegamos hasta el cartel donde te indica que es el fin del sendero. Comimos mirando los glaciares y los lagos, descansamos disfrutando del silencio del lugar y admirando el respeto que impone esa montaña.
Para abajo todos los santos ayudan así que en 2.30 hs. estábamos nuevamente en el punto de partida avisando que habíamos vuelto sanos y salvos.
Uno de los beneficios de vivir en este lugar...la naturaleza más increíble al alcance de la mano.